23/11/09


Hoy aparecieron a comer Liza y Judy.


Les puse un estofado y me callé.

Ya se sabe, no hay que meterse en cosas de familia.


Al postre comenzaron a elegir: más dulce..poco frío..

yo seguía sirviendo y escuchando.

Porque no, no hay que meterse en cosas de familia.


Liza quiso cantar, y la dejamos.

Se fue al baño y salió con un traje de lamé, y unas flores que había en la bañera.


Yo con la linterna le hice un foco.

Los perros sujetaban abanicos de avestruz.

Era increíble.


Pensé que Liza y Judy estaban muertas, pero no.

Siguen aqui, cantando,

y pidiéndome vodka y foco.


Yo ya no tengo ganas de mirarlas. Ni de oírlas.

Así que voy a apagar la luz, y cuando apague,

pediré a los perros que las maten.


Sé que al tiempo olerá, y habrá señales.

y que alguien llamará y dirá: qué triste...
















1 comentario:

  1. navegar ganas sin salir de uno mismo e imaginarse visto por lo verde y tocado por el rojo que rompe excitante la monotonía del color siena
    marco polo ordenó ciudades atemporales para el khan, magníficas;
    ciudades que duraban segundos en el verbo del narrador y la vida en el escuchante
    a los ojos del que no sabe lo vasto de su territorio, el estado de sus dominios y sin ánimo para el combate
    describir minuciosamente lo que se puede querer hace querer lo descrito
    el gran khan necesitaba pormenorizada descripción de lo maravilloso por él conquistado,
    de lo que nunca vió y de lo que jamás pisaría.
    el gran khan necesitaba instalar en su memoria la ciudad que no hollaría pero le pertenecía
    la ciudad inverosímil que está dentro, deseada mil veces y jamás aprehendida
    a sus oídos marco polo entregó ciudades que aún siendo vistas serían irreconocibles.
    marco polo topografió la ciudad de la ausencia
    el día que sepa amar el amor será mío?
    no lo creo, dijo la chica de la limpieza, ese día serás un amante entre el amor
    comentario sucedido en madrid un día de noviembre al retrato en siena que ilustra este artículo, a los más curiosos decir que el grueso del comentario se debe a haber revisitado recientemente Las ciudades invisibles de Italo Calvino, que poco o nada tiene que ver con el amor
    pero si con lo que no existe y es necesario que exista para saber lo que somos cuando no existe

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